lunes, 11 de julio de 2011

Verano ( lecturas de )

Ha llegado el Verano y siempre parece que el calor nos pille desprevenidos , casi siempre quejándonos del Sol o del sudor. Pero a su vez , parece como si entrásemos en una especie de letargo , no sé , como si costase más despertarnos , levantarnos...de cualquier modo , bienvenido sea.
Hace algunos años , cuando no trabajaba ni tenía que estudiar ( demasiado )  el Verano era para mí tiempo de playa y lectura.Miro hacia atras y me veo como muchos Veranos ,  tumbado a la sombra de una higuera que ya no está , con mi eterno ejemplar de " Últimas tardes con Teresa " de hojas cada vez más amarillentas , con minúsculos granos de arena de aquí y de allá aguardando entre sus hojas , con esas manchas de café en la tapa descolorida...y al leerlo , me imaginaba viajando por las calles de la Barcelona de Marsé ,que es la del " Pijoaparte " ,  a lomos de una vieja motocicleta , oliendo la humedad de los jardines en la noche , escuchando el eco de la música de alguna fiesta que se resiste a terminar...
No hace falta deciros que ese libro me marcó , ¿ verdad ? lo solía leer cada Verano , y cada vez , le encontraba un matiz , una iferencia , un detalle que creía no haber visto en las anteriores lecturas.

 El caso es que hace poco leí " El último Weynfeldt " ( editorial Anagrama )  , de Martin Suter ( de quien ya comenté " El diablo de Milán " , si mal no recuerdo ) y , sin llegar a marcarme como " Últimas tardes con Teresa " , he de reconocer que es de lo mejorcito que he leído en muchos meses.



 No hace falta hablar de detectives alcohólicos ni de gangsters despiadados para ( re ) crear una buena novela negra ( mejor diría , de intriga ) . Martin Suter utiliza los avatares de un reconocido experto en catalogar obras de arte , Adrian Weynfeld , para darnos a conocer un elenco de personajes de lo más pintoresco , casi todos vividores a costa del confiado Adrian. Estos " amigos "  aparecen y desaparecen de la trama ,que se enrevesa poco a poco.
Mientras, nos vamos familiarizando con las costumbres de Weynfeld y averiguamos que procede de una buena familia y que , pese a su edad , no se ha casado.Adrian es un " bon vivant " y su círculo de amistades lo forman pintores frustrados , cineastas siempre a punto de crear su obra maestra...en fín ; vividores que comparten una vez a la semana un almuerzo que siempre paga sin rechistar el experto Weynfeldt.


Pero como en casi todas las novelas " negras " , hay una mujer , la hermosa Lorena , con un pasado reciente bastante oscuro y un futuro que se antoja más que turbio.Desde que ésta entra en escena , la apacible vida de Adrian no volverá a ser la misma, y cambiará hasta el punto de hacerle revolver entre sus sentimientos más arraigados y plantearle más de un dilema al que Weynfeldt se enfrentará armado únicamente con sus ¿ firmes ? convicciones.
 En la trama encontramos falsificaciones de obras de arte, chantajes , malvados sin escrúpulos y " femmes fatales " , todo éllo retratado por un autor en estado de gracia.
A destacar la personalidad del protagonista : a lo largo de las páginas de este libro , casi vemos como Adrian Weinfeldt cobra vida...piensa , siente ; vive un día a día de lo más anodino , siempre impecable , siempre fiel a sus costumbres que no cambia por nada...
Martin Suter ha creado un personaje encantador ,de carne y hueso , como se suele decir.Pero no sólo Weynfeldt , sino Lorena y todos los personajes del libro son magníficos.

Por su riqueza de matices , por lo creíble de sus actos y sentimientos ,espero que que Adrian Weynfeldt perviva más allá de esta novela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario